ETA, CINCO AÑOS DESPUÉS
Corrían los años 90, en total plenitud de “comerme el mundo”, de la osadía de la juventud, atrevimiento mezclado con cierta imprudencia, en muchos casos inconsciencia. (Que le vamos hacer, modestia a parte y no es arrogancia, va en la personalidad de cada uno) Era una sensación sin miedo, íbamos conduciendo entre caseríos, valles y montañas viendo y observando aquellos prados inmensos, aquellas montañas altivas, aquellas gentes buenas, recias, amigables, campechanas, algunos de ellos no nos veían tal cual, aunque nos veían con nuestros ropajes de calle. Solo veían a forasteros que llegaban a su pueblo, al principio un poco reticentes, luego se abrían y con un fuerte acento vasco nos daban la bienvenida.
Algunos ya estaban muy marcados por las ideas abertzales. (puñeta de política cuando se mete, se incrusta en el ADN de un pueblo) Ya se palpaban los miedos ancestrales de una imposición de los pensamientos, de las ideas autoritarias y fascistas, pero ahora el fascismo no les venia por el Franquismo sino por los hijos de aquellos que lo lucharon. Los pobladores de aquellos caseríos y pueblos, en su gran parte eran gente que llevaban toda su vida y antes que ellos sus padres, sus abuelos sus ancestros. Estos estaban sometidos a las ideas de unos pocos que imponían “a fuego”. Así de esta forma se fue forjando el terror entre los ciudadanos de bien, que poco a poco vieron que sus vidas estaban esclavizadas ideológicamente por un puñado de "pistoleros" que habían sustituido a los luchadores por la libertad de oposición a Franco por una banda terrorista atroz que le fundió “los plomos” aun pueblo noble, altivo, generoso con una historia y una cultura sin igual que suma un notabilísimo carácter al pueblo español sin parangón.
Nosotros llegábamos allí “como corderos al matadero” sin saber aun toda la idiosincrasia que se vivía en Euskadi, pero llegábamos para luchar por las libertades de ese pueblo y para intentar revertir el proceso de involución de los pistoleros de ETA. Todos los días era una lucha, batalla tras batalla. Todos los días se olía la pólvora, las pistolas humeantes y en la calle un cadáver, aun caliente, asesinado por los bárbaros. Unas veces era un tiro en la nuca, otras un coche bomba, a veces era una lapa, o secuestros, extorsiones, amenazas para cobrar el “impuesto”. Eran los llamados “años del plomo” entre los años 1977 y 2001. Todo era terror, pánico en muchos casos, pues nunca se sabía a quien le podía tocar.
La gente buena (la mayoría) también lo sufría como nosotros, eran parte y victimas del terror, a veces te cruzabas con algún ciudadano, nos mirábamos en silencio, con complicidad de saber que estaban con nosotros sufriendo, pero no se atrevían a decirlo por miedo. El miedo les paralizaba y era para tenerlo. Éramos nosotros y quizás por no ser conscientes de tanto terror incrustado en la sociedad vasca, quizás éramos algo más “valientes” por osadía, por Juventud o por querer más que nadie que todo aquello acabara. Pero al día siguiente más de lo mismo, atentado a varios policías nacionales, o guardias civiles, o militares, en aquella época solo se mataba a miembros de las Fuerzas Armadas o de las Fuerzas de la Seguridad del Estado. Las lágrimas, los entierros en soledad eran parte del paisaje, entonces otra vez la moral cedía y te apoyabas en los compañeros, familia y amigos para levantar de nuevo el animo, el honor y la fortaleza.
Los años fueron pasando y con ellos lastramos el terrorismo que solo hasta hace cinco años, por fin el alto el fuego de la organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA) iniciado en septiembre de 2010 fue el preámbulo al cese definitivo de su actividad armada en octubre de 2011.
Pero hoy día en la actualidad, aun no han hecho entrega de las armas, no han pedido perdón, tampoco han esclarecido 314 asesinatos sin resolver. En definitiva yo no creo que la banda terrorista este vencida como dicen algunos, puede que la banda de matones si, pero lo más grave que hoy en día perdura mucho más que la banda, es el sometimiento de su doctrina autoritaria y dictatorial. Los nuevos cachorros de eta, no pegan tiros en la nuca, no ponen bombas ni secuestran, ahora pegan palizas a todos aquellos que representan al estado Español en Euskadi, imponen el miedo bajo la coacción, en definitiva en Euskadi no hay autentica libertad, como tampoco la hay en otras partes de España con los nacionalismos separatistas.
Por ultimo, ya lejos en el tiempo, y yo tambien alejado de aquellos años de mi vida, siempre me he preguntado como es posible que de aquel pueblo que yo conocí, de aquellas gentes buenas y tierras preciosas y fertiles, se engendrara tanto odio, tanto rencor, tanto horror y tanta sangre derramada, por supuestamente unos ideales que no existían, enmascarados en el más puro fascismo y que aún hoy día persisten en sus cometidos, que no son otros que los de imponer a los demás por la razón de la fuerza lo que ellos quieren. Solo hay que ver los acontecimientos en las calles, para darse cuenta que el maravilloso pueblo vasco sigue amenazado por unos pocos que imperan a sus anchas, incluso puede que sean los que manden en un futuro próximo, cuyo día no quiero ni pensar ni imaginar.
El perdón solo está a la altura de la bondad infinita de las victimas, pero ese perdón no es posible si el fascismo no desaparece de la faz del pueblo vasco, para que el propio pueblo pueda salir a la calle en total libertad y otorgarse su propio futuro.
Dedicado a las victimas del terrorismo de ETA y homenaje póstumo a todos los valientes, a todas las gentes de bien que dieron sus vidas por Euskadi, por España.
By frencinas
Saludos
ETA ha agravado su estado comatoso cuando se cumplen 5 años de su anuncio de cese de la violencia al no lograr nada más que mantener una pírrica estructura con un máximo de veinte miembros inexpertos, con Mikel Irastorza ejerciendo de 'número uno' por la ausencia de otros candidatos, y con 355 presos ignorados por las autoridades españolas y francesas y, en parte, también por la izquierda abertzale.
Son los rescoldos de la banda terrorista que quedó derrotada del pulso que mantuvo durante cuatro décadas con el Estado. Este 20 de octubre se cumplen 5 años desde que, asfixiada por las fuerzas de seguridad, oficializara su renuncia a continuar con los asesinatos, extorsiones y coacciones. Deja atrás más de 800 víctimas mortales, miles de heridos y, según la Fundación de Víctimas del Terrorismo, unos 314 asesinatos sin autor conocido.
Al arsenal de hasta 3 toneladas de explosivo y 300 armas con los que contaba hay que restar las 145 pistolas intervenidas en Francia esta semana, en un zulo a unos cien kilómetros al noreste de París en el que ETA escondía también munición y dos fusiles de asalto enterrados en bidones en un parque forestal en el término municipal de Carlepont.
Fuente:
Diariocrítico.com
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